Posted in Sin categoría on 21 enero, 2024|
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Era por los años del “Pacha Kutiq” Inca, aproximadamente 1424, en las afueras de la ciudad imperial, se daban fiestas a la cual concurrían todo tipo de personajes más pintorescos entre ellos había un tal de “oskhollo”, un joven indígena que era el más guapo personaje de la región, quien hacía suspirar a todas las damas hasta las dadas en casamiento, dábase el caso que el inca Pachacutec visitaría como era su costumbre esa localidad para coronar un nuevo cacique que era nada menos que el padres del jovenzuelo en cuestión, para tal evento se había invitado a los curacas de todo el reino, quienes ya estaban a camino acompañados de sus mujeres y concubinas.
Era el atardecer de un día soleado y de no pronósticos de lluvia onde taita sol había profetizado tendrían la mejor cosecha de trigo y Tiahuanaco había bendecido la tierra de todas las plantaciones del poderoso imperio que posteriormente seria diezmado por los españoles.
Al atardecer del día esperado comenzaron a llegar los grandes señores bajándose de las andas de sus criados acompañados de sus lacayos muy bien trajeados con grandes ponchos y brazaletes con el blasón de sus familias patriarcales.
Entre ellas bajose con la sonrisa en los labios la hija* del curaca de Arequipa, señor de las tierras del norte, jovencita de 14 florales años donde se podía ver todo el vigor de la juventud arequipeña orgullosa de sus dotes de aquel entonces el arte culinario con el cual pensaba conquistar a un valioso pretendiente para aunar al clan familiar. El orgulloso padre no paraba de presentar su preciosa joya a todos sus coterráneos en Aymara y quechua, pues era público el dominio de tales lenguas a nobles por nascencia.
Bajaron las arpas y violines, pututos y zampoñas quienes al compás de la alegría que reinaba, bailaban al unísono todas las parejas casaderas. En medio de tanta algarabía, nadie prestaba más atención al desenlace que nuestro joven Oskhollo, que con su mirada de puma analizaba el mejor partido para sus maquiavélicos planes de llevarse a su guarida.
Sumaq urqu t’ika, estaba ansiosa por rever al amado que cierto día le diera cuando niña un beso volado que causara cierto sonrojo a sus 8 inocentes años.
Habían transcurrido muchas lunas y 5 Intis Raymis que en la soledad de su alcoba soñaba con este mancebo a quien conquistaría pelando la valiosa papa, oyuco, mashua y Oca, como era menester de las jóvenes ansiosas por un galán que las sedujese como sueño de toda adolescente.
Por otro lado, Oskhollo, se sentía cautivado por la esposa del cacique de Quillabamba, la coqueta misk’i kichka, quien le guiñara el ojo desde que lo viera en su traje de fino algodón pima con sus brazaletes con penas de cóndor real comprados en una tienda de Calca en trueque por un pato salvaje.
Era tarde para arrepentirse de haber ido a la fiesta, estaba la corte completa y los curacas ostentaban como pavos reales sus ropajes más vistosos cos sus mantos de los más variados colores que resaltaban su procedencia de la ciudad rica de la cual procedían donde podrían demostrar su poder de la agricultura local y de como administraban esa riqueza que el magnánimo inca les diera por conducir.
Personajes*: Sumaq urqu t’ika(bella flor de la montaña) “oskhollo”, (gato salvaje) misk’i kichka(espina dulce). Romanesco Ene-2024
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